La Aldea es el último pueblo costero de la isla que aún permanece virgen, libre de la sobreexplotación turística y de la destrucción de los parajes naturales. Abogamos por un turismo respetuoso con el medio, cuidando la herencia que nos dejaron nuestros padres y que heredarán nuestros hijos, y que, al mismo tiempo, sea una fuente de ingresos complementaria a la agricultura.
Enigmática Punta de La Aldea
bello y añorado remanso de paz
era el sueño de nuestros paseos
la idílica quimera de la libertad.
La bucólica Playa del Puerto
escondida entre montañas
refugio de naturistas y poetas
buscando inspiración y calma.
El Muelle con sus cálidas aguas
de hermosa música celestial
nos embruja entre sus olas
montañas, mar, cielo y paz.
Las Barquillas, popular playa
sorteando las piedras y las olas
jugamos con el espléndido mar
disfrutando a todas horas.
En lontananza el majestuoso Roque
al otro lado de la hermosa playa
último eslabón del macizo de Guguy
lugar de inolvidables remembranzas.
El Charco en la retaguardia
lugar de tan legendaria tradición
que cada once de septiembre
celebramos todos con pasión.